sábado, 2 de febrero de 2013

FEB 2013, (1) La Verdad del Concilio Vaticano II



La persona que escribió el mensaje del que aquí se hace una reflexión contraria, es porque en su escrito desea denigrar al Buen Papa Juan XXIII  a quien el mundo entero amó por su bondad e inteligencia.

   Además presenta al Vaticano II no como fue en su profundo trabajo de renovación necesaria, sino con el aspecto de una Iglesia que continúa viviendo como era en la época Medieval.
La Verdad del Concilio Vaticano II
 
Maricarmen Iribarren

Quienes hayan leído el mensaje del Sr, Fernando Sánchez Argomedo titulado:  “El Concilio que preparó a la Iglesia  para el nuevo milenio”, verán que su exposición tiende políticamente, entre algunos hechos históricos, a elevar a algunos personajes, y a presentar como débil al Pontífice que inició el Concilio Vaticano II, que es el evento que según él después de casi un cincuentenario preparó a la Iglesia para el actual milenio.



Muchas personas que tuvimos la felicidad de vivir en carne propia  los hechos históricos del Concilio, quisiéramos hacer recordar al Sr. Sánchez Argomedo lo que miles de millones de seres humanos, de todos los países, lenguas, religiones y partidos políticos y sociales, vivieron paso a paso, llenos de esperanza en cada suceso, cada motivo, cada feliz invitación a la paz, al amor, salida de los labios y el corazón del bondadoso Pontífice Juan XXIII, el  más amado aún en el mundo actual.
Inicia  usted, Sr. Sánchez Argomedo que el año 1959 fue el año crucial, para la historia del mundo. No cabe duda que fue un tiempo muy difícil y peligroso, pero nunca como lo fue entre otras la Segunda  Guerra  Mundial en el Siglo XX, donde murieron más de  cincuenta millones de seres humanos, dejando al mundo sumido  en la angustia, la desesperación, el anhelo de cambio, a pesar de lo que pudieran sentirse orgullosos los países victoriosos.
Ciertamente, como usted  señala nuestro admirado por su cultura, su gran personalidad, su política y espiritualidad  nuestro Pontífice Pío XII salvó a nuestra Iglesia, fue neutral, pero hasta cierto punto: quizá en contra suya, tuvo que acercarse al Líder de Alemania Hitler y Franco de España;  también es cierto que perdonó a los criminales (se supone de la guerra) pero… no se conoce que haya luchado por salvar a millones de víctimas, hombres, mujeres, niños ancianos, jóvenes, y especialmente judíos destrozados. Eso dejó que al morir en 1958, dejó una situación un tanto inconforme a su actuación, no sólo en algunos países, aún en la Curia Romana no todos  aceptaron su política,  ni seguir sus mismos planes o proyectos; de ahí que en el Conclave hubo contradicciones y que muchos votos fallaran. Molestos por no encontrar  un nuevo Papa de mayoría, de manera interna se agruparon para encontrar una solución; al fin se encontraron una salida, escogieron para elevarlo transitoriamente, a un cardenal anciano, tranquilo, que nunca los había molestado, esperando que muriera pronto y que mientras  la situación se pacificara.
 Jamás pudieron creer que se enfrentaban con un coloso de hombre hecho hondamente a la Voluntad de Dios por encima de sí mismo, ni de los demás.
Sencillo, jovial, fuerte, inteligente, sensato, extraordinariamente bondadoso,  amaba  siempre a su Iglesia Católica, sólo quería seguir a Jesús, servirlo, imitarlo en su misericordia  a los demás, curar a los enfermos,  amar a sus semejantes. Siempre, incansable, trabajó y ayudó sobre todo a los que había visto sufrir curando a las víctimas de la Primera Guerra Mundial, cumpliendo eficazmente los cargos que le mandaron sus Superiores. Lo enviaron a donde abundaba la pobreza, el dolor, la violencia y logró calmar a todos con bondad; en Bulgaria salvó a miles de víctimas judíos puso ahí la paz entre cristianos y ortodoxos; en Turquía,  Grecia; apaciguó al pueblo aún musulmanes. Fue pedido como Nuncio Apostólico por Charles De Gaulle  en Francia, más tarde, su Santidad Pío XII lo envió a Venecia él como Cardenal se entregó sencillamente con mucho cariño. En realidad lo que menos tenía era debilidad, con fuerza imitaba a Jesús de  Nazaret a enfrentar problemas hasta vencer pacíficamente a cuantos enemigos se le enfrentaron. En el Cónclave, sorprendido, pero siempre el mismo, obedeciendo aceptó ser el nuevo Papa.
   Es claro que falla no poco quien repite que tenía 77 años como prueba de su debilidad e ineficacia…  Antes de tres meses de Pontífice se enfrentaba a abrir un Concilio Legítimo  contra viento y marea. Sentía que Dios,  le pedía que su Iglesia se convirtiera en el  ejemplo del mundo para cambiarlo de forma que hubiera mundialmente paz, amor y sobre todo justicia, misericordia y viento de libertad; a su Concilio le dio el título de “Aggiornamento: Renovación”. Sus Encíclicas: “Mater et Magistra  y Pacem in Terris” asombraron y admiraron con gusto a todo el mundo, católico o no, brillaba su amor y su inteligencia, cuanto más el espíritu que engendró a su Concilio.
Los 2500 Obispos que asistieron, aunque hubo muchos que no desearon el cambio, la inmensa mayoría desbordó de alegría, ponían al frente los enormes problemas de nuestra Iglesia para sanarlos. El Papa Juan  XXIII, como es natural, había luchado y trabajado, por aquello, con todas las fuerzas de su vida… era natural que la muerte se le acercara, estaba tranquilo, había hecho lo que sentía haber cumplido con Dios en todo lo que le había pedido. Estaba contento que lo supliera como Pontífice el Cardenal que se llamó “Pablo VI”. “El Mundo entero le lloró y lo sigue amando para siempre. El Papa Pablo VI fue quien cerró el Concilio el 8 de Diciembre de 1965 terminando con el Documento “Lumen Gentium” como la estructura de la Iglesia. El mundo entero, el sediento de otro mundo mejor, desde entonces sueña que ese Concilio se lleve a la práctica, y  tomando en cuenta los demás problemas que aún quedaron sin solucionarse
    Esta sencilla relación no es personal, es lo que el mundo vivió como una  “Hermosa Primavera”. Existen numerosas personas, documentos y libros que lo detallan exactamente presentándolo como lo que es:  “ DIOS ES TESTIGO DE SU VERDAD”.
  SI DESPUÉS DE CERCA DE CINCUENTA AÑOS, LA IGLESIA,COMO USTED,  SR FERNANDO SÁNCHEZ ARGOMEDO NOS DICE AHORA, QUE LA IGLESIA NUESTRA SE HA PREPARADO CONFORME A ESE  CONCILIO PARA ESTE NUEVO MILENIO…
”TODAVÍA NO NOS LO HA  MOSTRADO, SI LO HACE EL MUNDO DE HOY SERÁ FELIZ. NO PORQUE EL PAPA JUAN XXIII  LO HAYA EMPRENDIDO, SINO PORQUE
 “ EL PADRE QUE NOS AMA,  DESEA QUE TRIUNFE  SU AMOR, SU JUSTICIA, SU PAZ, EL BIENESTAR EN TODO EL:
“NUEVO PUEBLO DE DIOS”.





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