FEB 2013, (4) INOLVIDABLE (Juan Salvador Gabiota)
Richard D. Bach (Autor
de Juan Salvador Gaviota)
INOLVIDABLE
El hermoso video “Juan Salvador Gaviota”, no puede ser
otra cosa que la más elocuente y potencial reflexión, para despertar en un
joven, hombre o mujer, la mayor utopía que pueda soñar y convertirla en
realidad para elevarse, a todo un cielo intenso de libertad y firmeza de plenitud de sí mismo.
Se
dice, y con la mayor verdad, que Richard D. Bach escribió en 1973 “el
best seller de los libros”, su gran inteligencia, su intenso corazón, su pasión
por lo grande se van disgregando maravillosamente paso a paso a todo su ser,
que desea no hundirse en basura podrida de un mundo desquiciado sino saber
apropiarse de sí mismo, su libertad, sin
importar lo que cueste. Y al lograrlo
seguro de su dignidad, con suavidad y amor, entregarse a servir a los demás, olvidar sus
injurias, perdonando, ayudando, convirtiéndose en maestro que se atreve a
luchar por “un mundo donde sea posible la
libertad y la aventura del servicio”.
Con tristeza se sabe que a los
mexicanos no nos gusta leer. AMIGOS, nada hay más educativo que despierte
nuestra inteligencia que disfrutar de una buena lectura. Para lograr apoderarnos
de estas reflexiones; leamos, lenta y sensatamente lo que se enseña en este bellísimo video y…
en seguida volvamos a abrirlo así lo guardará su corazón, gozarlo y saborearlo en su melodía, sus
inmensidades de mar y cielo, abriendo una vez más este inolvidable ¡Juan
Salvador Gaviota!”. (“Jonathan Livingstone Seagull“ de Richard Bach).
Maricarmen
Iribarren
“Juan Salvador
Gaviota”
Hablaba de una gaviota que se atrevió a soñar. Le interesaba ser ella misma,
vivir intensamente, potenciar todos sus talentos y posibilidades.
No aceptaba a la vida monótona y siempre igual
de la bandada que sólo se atrevía a vuelos rastreros, sin alma, detrás de los desperdicios que arrojan los barcos.
Ella
sentía en su alma el llamado de las alturas, la vocación de la libertad.
Por atreverse a proponer una vida
distinta, la aislaron, la dejaron sola, la tacharon de loca y la desterraron.
JUAN
SALVADOR GAVIOTA, la pequeña gaviota, aceptó la soledad
del aprender de nuevo, la soledad de la búsqueda de mares nuevos, nuevos
cielos, nuevos horizontes.
En lo profundo de su corazón adolorido, sentía
que sus alas habían nacido para abrirse a la intensidad de lo desconocido.
Se
arriesgó. Tras muchos intentos fallidos, un día se encontró surcando los
cielos azules, maravillosos, inmensos, con su halo de eternidad.
Y
ese día entendió por qué y para qué había nacido gaviota. Palpó el
vértigo de lo profundo, vivió la originalidad, la iniciativa, la creatividad.
Experimentó
las honduras de la perfección. Hasta el final de lo entendido, llegar hasta la
raíz el manantial de su propio ser. Ya no se trataba tanto de buscar
libertad, como de ser libre. Se
entregó apasionadamente a ser ella misma. Sin ataduras ni temores.
Pero
JUAN SALVADOR GAVIOTA seguía
amando a los suyos a pesar de que lo habían desterrado.
Decidió
volver a la bandada para enseñarles que la vida podía ser algo más interesante
que comer y disputarse los desperdicios de los barcos.
Estaba
seguro de que su empresa no iba a ser nada fácil, que de nuevo la aislarían, la
ofenderían, porque no estaba dispuesta a cambiar ni a escuchar tranquilamente que
alguna hablara de la necesidad de cambio.
No
le importaba que no la comprendieran, con que una sola gaviota se
atreviera a soñar y aprender un nuevo
vuelo, se justificaba su aventura.
En
el fondo de su corazón, JUAN SALVADOR GAVIOTA adivinaba que era
imposible vivir intensamente en libertad sin intentar liberar a otros, que la
plenitud implicaba servicio.
El
amor a los suyos, el respeto merecidoy el perdón,
eran tan importantes para él, como su ansiada libertad.
JUAN
SALVADOR GAVIOTA comprendió que el espíritu no puede
ser realmente libre sin la capacidad de perdonar.
Esa
capacidad de perdonar fue un imperativo necesario para elevarse a un plano
superior.
Y
volvió sin prédicas ni alardes… Sólo
trataba de ser una auténtica gaviota nacida para volar.
Poco
a poco algunas gaviotas jóvenes se
fueron acercando a presenciar su vuelo
vigoroso. Y le pidieron que las enseñara a volar, experimentar ser libres.
Y se
abrieron los cielos… JUAN SALVADOR GAVIOTA disfrutaba del inmenso gozo de producir ayuda a otros…
Este gran paso lo convirtió en un verdadero maestro.
Todos
podemos ser maestros de vuelos de altura, sembradores de utopías, exploradores
de nuevos cielos y mundos, más allá de los gritos y graznidos de la bandada,
para que otros vean en nuestras vidas una invitación a trascender, a ir más allá de sí misma. Una
invitación al riesgo de volar.
Por eso hoy más que nunc a, necesitamos
hombres y mujeres que propongan pasión, el abrirse a la plenitud de lo
desconocido, que nos levanten de tanto vuelo rastrero, de tanta ilusión de
plenitud en un mundo sin horizontes ni sueños, que rescaten y propongan con
esperanzadora firmeza la vuelta a la utopía, el atreverse a construir un mundo
donde sea posible la libertad y la aventura de servir.
Compositor
Neil Diamond,del
tema musical de la película
“Juan
Salvador Gaviota”
Si usted desea leer el video detenidamente, haga un clic sobre el botón de pausa, y para continuar con la lectura, haga un clic sobre el botón de continuar. Ambos botones están ubicados en la parte inferior del video.
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