sábado, 2 de febrero de 2013

FEB 2013, (4) INOLVIDABLE (Juan Salvador Gabiota)

 


Richard D. Bach (Autor de Juan Salvador Gaviota)
INOLVIDABLE
El hermoso video “Juan Salvador Gaviota”, no puede ser otra cosa que la más elocuente y potencial reflexión, para despertar en un joven, hombre o mujer, la mayor utopía que pueda soñar y convertirla en realidad para elevarse, a todo un cielo intenso de libertad y firmeza de  plenitud de sí mismo.

Se  dice, y con la mayor verdad, que Richard D. Bach escribió en 1973 “el best seller de los libros”, su gran inteligencia, su intenso corazón, su pasión por lo grande se van disgregando maravillosamente paso a paso a todo su ser, que desea no hundirse en basura podrida de un mundo desquiciado sino saber apropiarse  de sí mismo, su libertad, sin importar lo que cueste. Y  al lograrlo seguro de su dignidad, con suavidad y amor,  entregarse a servir a los demás, olvidar sus injurias, perdonando, ayudando, convirtiéndose en maestro que se atreve a luchar por “un mundo donde sea posible la libertad y la aventura del servicio”.



Con tristeza se sabe que a los mexicanos no nos gusta leer. AMIGOS, nada hay más educativo que despierte nuestra inteligencia que disfrutar de una buena lectura. Para lograr apoderarnos de estas reflexiones; leamos, lenta y sensatamente  lo que se enseña en este bellísimo video y… en seguida volvamos a abrirlo así lo guardará su corazón,  gozarlo y saborearlo en su melodía, sus inmensidades de mar y cielo, abriendo una vez más este inolvidable ¡Juan Salvador Gaviota!”. (“Jonathan Livingstone Seagull“ de Richard  Bach).

Maricarmen Iribarren




“Juan Salvador Gaviota” 
Hablaba de una gaviota que se atrevió a soñar. Le interesaba ser ella misma, vivir intensamente, potenciar todos sus talentos y posibilidades.

No aceptaba a la vida monótona y siempre igual de la bandada que sólo se atrevía a vuelos rastreros, sin alma, detrás de  los desperdicios que arrojan los barcos.
Ella sentía en su alma el llamado de las alturas, la vocación de la libertad. Por  atreverse a proponer una vida distinta, la aislaron, la dejaron sola, la tacharon de loca y  la desterraron.
JUAN SALVADOR GAVIOTA, la pequeña gaviota, aceptó la soledad del aprender de nuevo, la soledad de la búsqueda de mares nuevos, nuevos cielos, nuevos horizontes.
En lo profundo de su corazón adolorido, sentía que sus alas habían nacido para abrirse a la intensidad de lo desconocido.
Se arriesgó. Tras muchos intentos fallidos, un día se encontró surcando los cielos azules, maravillosos, inmensos, con su halo de eternidad.
Y ese día entendió por qué y para qué había nacido gaviota. Palpó el vértigo de lo profundo, vivió la originalidad, la iniciativa,  la creatividad.
Experimentó las honduras de la perfección. Hasta el final de lo entendido, llegar hasta la raíz el manantial de su propio ser. Ya no se trataba tanto de buscar libertad, como de ser libre.  Se entregó apasionadamente a ser ella misma. Sin ataduras ni temores.
Pero  JUAN SALVADOR GAVIOTA seguía amando a los suyos a pesar de que lo habían desterrado.
Decidió volver a la bandada para enseñarles que la vida podía ser algo más interesante que comer y disputarse los desperdicios de los barcos.
Estaba seguro de que su empresa no iba a ser nada fácil, que de nuevo la aislarían, la ofenderían, porque no estaba dispuesta a cambiar ni a escuchar tranquilamente que alguna hablara de la necesidad de cambio.
No le importaba que no la comprendieran, con que una sola gaviota se atreviera a soñar y aprender  un nuevo vuelo, se justificaba su aventura.
En el fondo de su corazón, JUAN SALVADOR GAVIOTA adivinaba que era imposible vivir intensamente en libertad sin intentar liberar a otros, que la plenitud  implicaba servicio.
El amor a los suyos, el respeto merecidoy el perdón, eran tan importantes para él, como su ansiada libertad.
JUAN SALVADOR GAVIOTA comprendió que el espíritu no puede ser realmente libre sin la capacidad de perdonar.
Esa capacidad de perdonar fue un imperativo necesario para elevarse a un plano superior.
Y volvió sin prédicas ni alardes…  Sólo trataba de ser una auténtica gaviota nacida para volar.
Poco a poco algunas gaviotas  jóvenes se fueron  acercando a presenciar su vuelo vigoroso. Y le pidieron que las enseñara a volar, experimentar ser libres.
Y se abrieron los cielos… JUAN SALVADOR GAVIOTA disfrutaba  del inmenso gozo de producir ayuda a otros… Este gran paso lo convirtió en un verdadero maestro.
Todos podemos ser maestros de vuelos de altura, sembradores de utopías, exploradores de nuevos cielos y mundos, más allá de los gritos y graznidos de la bandada, para que otros vean en nuestras vidas una invitación a  trascender, a ir más allá de sí misma. Una invitación al riesgo de volar.
Por eso hoy más que nunc a, necesitamos hombres y mujeres que propongan pasión, el abrirse a la plenitud de lo desconocido, que nos levanten de tanto vuelo rastrero, de tanta ilusión de plenitud en un mundo sin  horizontes  ni sueños, que rescaten y propongan con esperanzadora firmeza la vuelta a la utopía, el atreverse a construir un mundo donde sea posible la libertad y la aventura de servir.








Compositor Neil Diamond,del tema musical de la película

“Juan Salvador Gaviota”

Si usted desea leer el video detenidamente, haga un clic sobre el botón de pausa, y para continuar con la lectura, haga un clic sobre el botón de continuar. Ambos botones están ubicados en la parte inferior del video.










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